La anexión unilateral de parte de Cisjordania, la gran bandera con la que Binyamin Netanyahu ha conseguido mantenerse vivo tras tres elecciones repetidas y varios casos de corrupción que le acechan, tendrá que esperar. Pasó el 1 de julio, la fecha histórica señalada en una tierra repleta de fechas históricas, y todo sigue igual. Para cualquier palestino que sobrevive en un territorio ocupado por Israel no existe diferencia entre 'ocupación' y 'anexión'. No deja de ser un juego de palabras para describir una realidad que se basa en un sistema de 'apartheid' y en el acoso sistemático a sus tierras para hacer imposible su existencia.
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La anexión tendrá que esperar
Protesta en Ramala contra los planes de Israel de anexionarse parte de Cisjordania, el pasado 1 de julio. /
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