Debate laboral

Teletrabajo, oportunidad o trampa

Ojalá que prevalezca la voluntariedad y el sentido común. O veremos cómo los despidos se ejecutan en un plis plas

Una mujer teletrabaja en su casa (en pijama). / MÒNICA SERRA

El mundo se divide en dos tipos de personas: las que quieren volver a la oficina y las que prefieren quedarse en casa, teletrabajando. Confieso que pertenezco al primer grupo. He realizado programas de radio y televisión desde mi despacho. He dado conferencias y clases, sacándome de la manga recursos y entretenimientos. Como tanta gente, he asistido a un montón de reuniones, metida de lleno en plataformas que ni siquiera sabía que existían en los tiempos prepandémicos. Y ahora sigo un curso 'on line' para dar clases ídem en 'streaming', donde la profesora aconseja ¡inventarse sesiones multisensoriales para motivar a los estudiantes! ¿Y el teletrabajo, pues? En mi opinión, es complementario siempre; substitutivo, nunca. Porque nada se ha descubierto más eficiente y estimulante en los equipos que la interrelación y el contacto humano.