Dos miradas

ERC y las riendas

En el pulso por la hegemonía independentista, la deriva de Waterloo abre una posibilidad a ERC. Pero ahí está el PNC, que puede quedarse en experimento o llevarse la herencia convergente

Gabriel Rufián en el pleno del Congreso.

Todos los partidos tienen pulsiones que les atraviesa. Si en el PSC impera el pragmatismo, en el vínculo de Convergència con sus posteriores derivadas hay una voluntad dominante y hegemónica nacionalista. Para ello ha ido mudando de piel y de alma, hasta convertirse en el artefacto de Puigdemont y Torra. Una transmutación acelerada por la combustión del ‘procés’ y la ola conservadora populista internacional. En ERC, su historia está salpicada de arrebatos desestabilizadores.