IDEAS

Mi estado de alarma

Pensé en acercarme al grupo y llamarles la atención. En recordarles, educadamente, las normas de higiene que rigen estos días, el compromiso colectivo, la prudencia debida. Cobarde, no me atreví y escogí marcharme

Aficionados de la Juventus, viendo el Nápoles-Juventus en un bar, el pasado 17 de junio / REUTERS / MASSIMO PINCA

Entiendo que estoy asistiendo al comienzo de algo nuevo y que debo moverme con cuidado. Desconozco el camino y, siendo novicio, camino a trompicones. Tengo, lo confieso, las mariposas en el estómago propias de los momentos difíciles. Se activan solas. Revolotean. Se agitan, descontroladas. Arman bulla, las puñeteras. Pero me mantienen alerta. Son mi alarma particular, ahora que se ha disuelto la colectiva. Mi farolillo rojo.

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