LA VIDA TRAS LA PANDEMIA

El silencio y nosotros

Esta rara época que estamos viviendo nos ha traído también enseñanzas y ojalá la ausencia de ruido sea una de ellas

El monasterio de Montserrat el 5 de abril, Domingo de Ramos, completamente vacío por el estado de alarma. / AFP / JOSEP LAGO

El fútbol ha vuelto en silencio. Sin animación en las gradas, ni insultos a los árbitros, ni apoyo de la afición (de momento). Los jugadores se lamentan y se entiende: el silencio de un estadio vacío debe de ser sobrecogedor. Pero no es más que una manifestación más de esta rara época que estamos viviendo y que ha traído también enseñanzas. Ojalá el silencio sea una de ellas.