IDEAS

La señora Sorda

Con su sola presencia, Rosa Maria Sardà conseguía hacer mucho mejores a todos sus compañeros de reparto

Rosa Maria Sardà, en abril del 2011. / JOAN CORTADELLAS

Me quedo con la pena enorme de no haber podido coincidir nunca con Rosa en un escenario. Porque Rosa era, por encima de todo, un animal de teatro. Una fiera. Hubiera dado lo indecible por trabajar con La Sardà en cualquier proyecto teatral, pero no surgió. A cambio, este oficio me permitió rodar con ella hasta tres películas.