CON LA HERIDA AÚN ABIERTA

Estamos hechos de tiempo

El cuerpo nos recuerda la cadencia interior, única en cada uno. Un ritmo que asusta más que cualquier virus porque no hace caso a medidas higiénicas

Petr Brandejsky, un superviviente del Holocausto de 90 años, lee un libro en su vivienda durante el confinamiento, en Praga el 24 de abril.  / REUTERS / DAVID W. CERNY

En 'You remember the planes' ('Recuerdas los aviones'), Paul Auster cuenta una historia ambientada en la epidemia de polio que en los años 50 obligó a separar a miles de niños de sus familias para evitar el contagio. Entre el dolor y la impotencia, se coló el odio y a las piernas infantiles paralizadas de por vida y a los ataúdes blancos se sumó la xenofobia, solo comparable en velocidad y esencia a sus iguales: virus, bacterias y bulos. En medio de esa maraña, el protagonista toma conciencia de que es judío, pues uno averigua quién es de veras cuando se aterra.