Estados Unidos está atravesando una tormenta perfecta. Es, por deméritos propios, el país más afectado del mundo por la pandemia del covid-19, con cerca de dos millones de contagios y más de 106.000 muertos, a una gran distancia de algunos de sus principales rivales en la escena internacional como China y Rusia. A la crisis económica que se cierne sobre el país debe añadirse la oleada de protestas provocada por el asesinato de George Floyd en Mineápolis, que se han extendido por buena parte del territorio. Como suele ser habitual, Donald Trump ha intentado apagar el fuego con gasolina, lo que en lugar de apaciguar la crisis ha contribuido a agravarla.
análisis
El declive americano en Oriente Próximo
Como en otros ámbitos de su actuación, la política exterior de Trump en Oriente Próximo y el Norte de África se caracteriza por la improvisación y el oportunismo, lo que lejos de favorecer la estabilidad de la región la ha perjudicado
Donald Trump. /
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