DOS MIRADAS

Dos bandos

El cierre de la planta de Nissan en Barcelona ha servido para cargar contra Sánchez y encajar, con calzador, filias y fobias ideológicas

Trabajadores de Nissan protestan por el cierre de la planta de la Zona Franca, ante un concesionario de la marca en Granollers. / GETTY IMAGES / DAVID RAMOS

Tan pronto como Nissan confirmó que cerraba sus fábricas catalanas,  Carles Puigdemont escribió en Twitter: "El cierre de Nissan es un golpe muy duro para miles de familias y negocios, para el país entero. @sanchezcastejon creyó que lo resolvía con una conversación en Davos. Y se vanagloriaba. Parece evidente que el interés que puso en combatir el 1 de octubre no lo puso en salvar Nissan".