Las medidas digitales propuestas para la salida del confinamiento han intensificado el debate sobre la protección de la intimidad en tiempos de pandemia, situación que conlleva determinadas restricciones de derechos, pero que en ningún caso puede anularlos. El soporte que implica la tecnología digital para transitar hacia una "nueva normalidad" y hasta que llegue la vacuna nos puede conducir a un confinamiento digital encubierto sin fecha de caducidad, mediante la institucionalización de prácticas de vigilancia digital de las personas que suscitan cuestiones técnicas, éticas y legales, y con enorme impacto social sobre las que debemos debatir con urgencia. Las decisiones que se tomen en el marco de la salud pública deben ser proporcionales a los fines que se persiguen, respetuosas con los derechos, temporales y reversibles.
PROTECCIÓN DE LA INTIMIDAD
Hacia un confinamiento digital sin fecha de caducidad
La institucionalización de prácticas de vigilancia para rastrear positivos y contactos suscita cuestiones técnicas, éticas y legales sobre las que hay que debatir con urgencia
Un miembro del equipo de desarrollo de ’software’ SAP trabaja en la aplicación de rastreo de positivos de covid-19 oficial del Gobierno alemán, en Walldorf, el 29 de mayo. /
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