La escuela es una de las graves damnificadas de la crisis del covid-19. Lo de menos es que el curso acabó en marzo. Lo grave, lo dañino, es el discurso que las autoridades (en Madrid y Barcelona) y sus decisiones han transmitido a la ciudadanía. Ninguna administración ha considerado la educación como un servicio esencial. Es un pilar del Estado del bienestar del que se puede prescindir durante un trimestre entero, aumentando la brecha entre la escuela privada y la pública, entre las familias con más medios (y, por tanto, con más capacidad para teletrabajar y cuidar/educar a niños en confinamiento) y las de menos. No se ha planteado una inversión excepcional, ocupar otros espacios, contratar a más profesores, hacer todos los esfuerzos necesarios y más para acabar el curso de verdad, no este autoengaño de terminar la evaluación 'on line' a base de deberes y encuentros en Zoom.
LA CLAVE
El grave daño a la escuela
Ninguna administración ha considerado la educación como un servicio esencial durante el confinamiento
Vista general de un aula vacía de la Escola l’Estel de Barcelona, el 19 de mayo. /
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