Las colas del hambre. Brutal. El incendio era pavoroso en la Amazonia. Muchos animales huían, menos el colibrí que iba a una acequia, aspiraba tres gotas de agua y las echaba al fuego. Lo hizo cientos de veces. Cuando le dijeron “jamás apagaras el fuego de este modo”, el colibrí contestó “ya lo sé, pero estoy haciendo mi parte”.
Al contrataque
Palabras y colas del hambre
¿Y si, con esto del covid, readaptáramos las palabras vivificándolas? Las hay de enorme valor y tradición
Colas ante el SAIER para el reparto de comida del Banc dels Aliments. /
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