Al contrataque

Palabras y colas del hambre

¿Y si, con esto del covid, readaptáramos las palabras vivificándolas? Las hay de enorme valor y tradición

Colas ante el SAIER para el reparto de comida del Banc dels Aliments. / FERRAN NADEU

Las colas del hambre. Brutal. El incendio era pavoroso en la Amazonia. Muchos animales huían, menos el colibrí que iba a una acequia, aspiraba tres gotas de agua y las echaba al fuego. Lo hizo cientos de veces. Cuando le dijeron “jamás apagaras el fuego de este modo”, el colibrí contestó “ya lo sé, pero estoy haciendo mi parte”.