Crisis social

El hermano pobre

Los últimos que salieron de la crisis de 2008 han sido los primeros en entrar en otra de nuevo

Colas para recoger comida en los servicios sociales, en Barcelona. / FERRAN NADEU

Salir. Salir todos. Salir fortaleciendo los derechos sociales. Aprendamos de los errores y esta vez no dejemos que las políticas de austeridad y los recortes sean la fórmula aplicada para hacer frente a los estragos de una crisis social sin precedentes y no permiaimos que una parte de la población quede de nuevo atrapada en el círculo de la pobreza y la exclusión de manera permanente. No podemos volver a escuchar, como en 2008, que para superarla hay "renunciar" a los derechos sociales. Aquella afirmación expresada desde el sector privado, y en concreto desde el bancario, se acabó traduciendo por parte de las administraciones en tijeretazos salvajes que dejaron extremadamente debilitado el sistema social, convirtiéndolo en el hermano pobre del Estado del bienestar, si se compara con el sanitario. Todo lo que habíamos construido en décadas a favor de la igualdad de oportunidades y la cohesión social se esfumó porque políticamente se decidió rescatar el capital, no a las personas. Esperemos que se haya aprendido la lección y que, como se está verbalizando estos días, la salida no la pague la ciudadanía.

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