ANÁLISIS

Fútbol 'made in Germany'

La Bundesliga persigue al espectador global sin poder mostrar uno de sus puntales, el color de las gradas

Guerreiro, del Dortmund, felicitado por su gol con un golpe de codo por Brandt.

Los jugadores del Dortmund ejecutaron la ceremonia que acostumbran tras el pitido final. Aún sudorosos y sonrientes por el triunfo, se acercaron a la grada del fondo del Signal Iduna Park y saludaron para certificar la inquebrantable comunión entre el aficionado y el equipo amarillo. Solo que esta vez el bello gesto tuvo mucho de trivialidad acercándose a la pantomima. Enfrente no había nadie a quien agradecer el inexistente aliento.