"Te escribo desde un hotel de Milton Keynes. ¡Por fin nos han llamado, mañana empezamos!". Recibí este 'e-mail' cargado de emoción una noche a principios de la semana pasada. Me lo envió un compañero del departamento que, desde el inicio, se presentó voluntario para hacer tests de PCR para detectar la presencia del coronavirus en sangre. No era el único. La mitad de mi laboratorio también estaba en la lista de espera y, como mi compañero, ninguno entendía por qué no los habían llamado antes desde este nuevo megacentro diagnóstico que el Gobierno del Reino Unido estaba montando a poco más de una hora de donde vivimos. Habían perdido meses preciosos, durante los cuales se podrían haber hecho miles de tests y controlar mejor el primer brote de la pandemia.
El seguimiento del covid-19
Tests: ¿sí, no, cuándo, qué, cómo?
El plan de desconfinamiento gradual, asimétrico y coordinado tiene lógica pero algún punto débil, como la necesidad de monitorización, que solo es posible incrementando los PCR
Personal sanitario realiza test a residentes de un geriátrico de El Prat. /
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