Dos miradas

Cuarentena los que lo tienen claro, clarísimo

Miembros de la UME desinfectando una residencia de ancianos. / FERRAN NADEU

Cada uno tira de lo que puede. Unos se enfrascan en el trabajo. Otros, en la lectura, las películas, las series... A algunos les ha dado por cambiar los muebles de sitio. A todos, por lavarnos de forma frenética. Son demasiados los que han convertido el confinamiento en una queja constante. Son los que arreglarían la pandemia en dos días desde el sofá de casa. Basta con esforzarse en hacer una lectura desapasionada de lo que ocurre para ver que todos los gobiernos hacen lo que pueden. Y muchos, aunque se pierden en la gesticulación, pueden poco.

Malos días para las sentencias absolutas. Los que ponían el grito en el cielo por la llegada del ejército a nuestras calles, ahora callan y les abren las puertas de las residencias de mayores para desinfectarlas. Es solo un ejemplo, pero un buen ejemplo. Se puede ser contrario a la inversión militar pero, ante una pandemia, recurrir y agradecer el soporte del ejército. Al fin y al cabo, lo pagamos entre todos. Sí, malos días para las sentencias absolutas y buenos para asumir las contradicciones. Mejor poner en cuarentena a quienes lo tienen todo claro, clarísimo.

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