Dos miradas

Las cosas esenciales

Ahora vivimos el temor colectivo, el peligro inmediato que nos impide la zona de confort civilizador. Tal vez esta será una paradójica lección del coronavirus

Dos repartidores de comida a domicilio protegidos con mascarillas, en un momento de descanso en Valencia. / MIGUEL LORENZO

Byung-Chul Han, un reconocido filósofo surcoreano, plantea la teoría que la evolución de la humanidad es una conquista de espacios amables que permiten la reflexión y el pensamiento abstracto. Liberados de la tensión constante por la supervivencia, los seres humanos pueden dedicar los esfuerzos a actividades que van más allá de la estricta superación de los peligros inmediatos. También afirma que la 'disincronía' -el vivir sin un significado, a remolque de los momentos repetidos y monótonos- implica una fragmentación del tiempo que nos lleva a lo que llama "el enjambre digital", un exceso de comunicación donde el silencio se desvanece. Volvemos a estar en tensión continua, pues, al estado del salvaje que contempla el presente como el único espacio posible. Reclama un retorno a la "vida contemplativa", para recuperar el silencio reflexivo. La teleología contra el instante.

Ahora vivimos otra tensión, más explícita: el temor colectivo, el peligro inmediato que no se puede posponer y que nos impide la zona de confort civilizador. Y, al mismo tiempo, tal vez esta será una paradójica lección del coronavirus. Quizás al final habremos revisitado las cosas esenciales.

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