Una de las imágenes más profundas, más productivas, de George Steiner proviene de las entrevistas que Laure Adler le hizo para France Culture entre el 2002 y el 2014. Están reunidas en 'Un largo sábado', que es justamente la idea -de una "fuerza sugestiva ilimitada"- que transmite el pensador. Puede ser que "ante el sufrimiento", aquello que nos afecta como humanos, ante la presencia de la barbarie, ante el viernes que representa "la catástrofe, la tortura y la angustia", el arte no tenga sentido. Tampoco será necesario en la placidez de un domingo estático y mesiánico. Es en el sábado, en este cruce entre el dolor y la serenidad, donde aparece la espera: "el sábado de la historia". Una espera "sin garantías" que se fundamenta en la incertidumbre, "donde nada sucede y nada se mueve", excepto el tiempo del arte.

Es entonces -y solo entonces- cuando entran en movimiento las figuraciones, los juegos de la poética. La cultura, la creación de un imaginario que habla "de la carne que sabe a ceniza y del espíritu, que sabe a fuego". Es el momento "de una espera inmensa". Detrás, el terror; delante, la libertad. En medio, el hombre, entre la desesperación y la esperanza.