análisis

Cuando convoca Torra se mira a Bartomeu

La contratación de Setién, la entrega del liderato al Madrid y el fichaje errático de un '9' acrecientan la desconfianza del 'soci' y la hinchada de ultramar

Setién, Bartomeu y Abidal charlan en la presentación del cántabro en el Auditori 1899 del Camp Nou. / periodico

Iosu de la Torre

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Justo cuando se entendió en la tele que el 'president' Quim Torra convocará elecciones en cuanto estén aprobados los presupuestos del país, un cliente del bar de la esquina, animado en la hora del 'angelus' con la segunda 'mitjana' de la mañana, dijo a viva voz que llegaba el momento de que Josep Maria Bartomeu adelante las elecciones en el Barça porque esto ya no se sostiene. «Que Bartu haga un Torra».

Se hizo el silencio ante el bramido del hombre que hablaba con el televisor, clientes y camareros se cruzaron las miradas, el bar recobró el pulso con el estrepito de una tragaperras a la que estaba abrazado un ciudadano chino sin mascarilla (por eso del coronavirus). La semiebriedad permite en ocasiones que broten verdades que otros no quieren oír o que se callan por prudencia o falta de valentía. 

¿Toca adelantar las elecciones para presidir el FCBarcelona? No hace falta acudir a las encuestas del Centre d’Estudis de Opinió (CEO) para adivinar  hacia a dónde se inclina la balanza del deseo azulgrana. Emilio nos mandaría al semáforo para preguntar a peatones y conductores (incluso a los de patín eléctrico).

El fichaje errático del '9'

La gestión de las últimas semanas –desde el despido de Valverde, la contratación de Setién y la entrega del liderato al Madrid hasta el fichaje errático de un ‘9’–, solo ha servido para acrecentar las inquietudes y la desconfianza en el 'soci' y quizás en la hinchada de ultramar.

¿Qué opinarán hoy aquellos cientos de saudíes que abuchearon a Valverde en el estadio Rey Abdulah cuando los marcadores reproducían el rostro del entrenador en el que iba a ser sú último partido? La pregunta no es irrelevante porque aquel griterío nutrió el argumentario con el que se finiquitó al 'Txingurri'. 

Durante el 'welcome' a Setién, Bartomeu dijo que le hubiera gustado hacer mejor las cosas. Sonó como el emérito Juan Carlos en su discurso más breve pero concluyente. «Lo siento mucho, no volverá a ocurrir», pudo entendérsele al presidente, que el Barça no es así. Qué poco duró el acto de contrición. 

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El simulacro con el Valencia, conocido ya como el 'donde digo Rodrigo', agota el crédito. Vuelven a hacerlo mal. Que hacía falta un reserva de Luis Suárez se conocía mucho antes de la lesión del uruguayo. No pidan disculpas. Hasta el aficionado del bar que pide elecciones en 'can Barça' al ver en la tele a Torra sabía que el prohibitivo Rodrigo no era lo más indicado. Se culpa a los agentes de enredar a los directivos. Es más fiable un chaval que cambia cromos en el mercado de Sant Antoni que el trilero Jorge Mendes. 

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