Pocas cosas hay más mágicas que una familia. Las hay de todos los sabores, de todas las formas, tamaños y colores. Pero todas son igual de importantes, únicas e irrepetibles. Una familia es un miniuniverso dentro de la infinita complejidad de una sociedad. Y crece, cambia, se mueve, choca con otros miniuniversos y surgen nuevas combinaciones de materia y energía que volverán a redefinir todos los parámetros de vida que nos acompañan en la aventura de convertirnos en quienes somos y seremos.
Esta serie es una invitación a atreverse a estar vivo de verdad, y aceptarla es una aventura que no te querrás perder
Fundamentamos las bases de absolutamente todo lo que vendrá en las dinámicas que nos enseñaron a relacionarnos con el mundo y con nosotros mismos. Y crecemos, a veces nos alejamos de ese molde que nos dio la vida, pero de una manera u otra, siempre nos acompaña. Y nos persigue. Está en todas partes. En todas las novelas que leemos, las películas que vemos, las series a las que nos enganchamos. Todo son familias. Familias de nacimiento, o de libre elección. Compañeros de trabajo que se convierten en amigos. Amigos que se convierten en hermanos. Desconocidos que se enamoran y forman un nuevo núcleo familiar de la nada, y donde antes había una persona, de repente hay cinco. Y es fascinante, maravilloso… y aterrador.
Cuando empecé a ver ‘This is us’ tenía miedo de que fuera una de esas series apostadísimas, solidificadas en una dinámica de comedia de situación llena de chistes facilones y repetitivos, con giros narrativos absurdos y predecibles. Pero no. Los Pearson, familia protagonista de la serie, conquistaron mi pantalla y mi corazón con un guión brillante, sólido, emocional y sorprendente. Y he reído y he llorado y me he enamorado con ellos en cada capítulo. Y uno piensa: ‘bueno, ya está, esto ha sido lo mejor, no hay manera de superar esto’. Pero no. Y acabas la primera temporada y miras con recelo la segunda. ‘Es imposible que sea tan buena como la primera…’. Pero lo es. Vaya si lo es.
‘This is us’ es una oda a la vida y a todo lo bueno y lo malo que viene con ella. Es una invitación a atreverse a estar vivo de verdad, y aceptarla es una aventura que no te querrás perder.