Dos miradas

Turistas glotones

Es curiosa la tendencia que tienen determinados turistas a monumentalizarlo todo. También a las personas.

Turistas fotografían un zorro en el pueblo fantasma de Pripyat, cerca de Chernobyl.  / VALENTYN OGIRENKO (REUTERS)

Leo que las autoridades japonesas han prohibido fotografiar a las geishas en el barrio de Gion, en Kioto, que es por donde deambulan. Y que, entre las medidas que se pondrán en marcha, también se prevé la implantación de un aviso a todos los móviles de turistas cuando se acerquen a la zona, advirtiéndoles de que fotografiarlas o tocarlas va en contra de "la atmósfera tradicional". La gente que conozco que ha estado en Japón no entran, por suerte, en esta categoría de visitantes glotones, dispuestos a todo para conseguir el trofeo. Hablan de ellas con respeto, que es la manera civilizada de ir por el mundo, y me dicen que las vieron, en Kioto, pero que no se les ocurrió interrumpir su caminar ceremonioso. "Eran como una especie de apariciones", me dicen, "como unos fantasmas".

Es curiosa la tendencia que tienen determinados turistas a monumentalizarlo todo. También a las personas, tan singulares para ellos como un templo. Empujados por el deseo de dejar constancia de su paso fugaz, sin conciencia de dañar la fragilidad, no con la mirada, sino con la apropiación. Me temo, sin embargo, que la prohibición provocará un efecto contrario entre las masas. El tesoro aún será más codiciado.