Dos miradas

Solo un resto

Las actuaciones policiales o las sentencias se pueden considerar más o menos apropiadas, pero no hay que entregar a un cadáver momificado más victorias de las que tuvo

Los familiares de Franco trasladan el féretro. / EFE / MARISCAL

No es Franco, es solo un resto apergaminado. Materia sin vida, sombra de la historia de España. Un largo capítulo de vencedores y vencidos. De vidas segadas, encarceladas. Negadas. También de millones de existencias que pactaron con lo posible y se labraron su felicidad. Porque, al fin, la vida se impone.

No es Franco el que ha cruzado el cielo de Madrid. Tampoco son franquistas las diferentes policías que contuvieron los disturbios en Barcelona. Ni lo son quienes se oponen dialécticamente al independentismo. Tampoco los independentistas presos son presos políticos de una dictadura. Las actuaciones policiales o las sentencias se pueden considerar más o menos apropiadas, pero no hay que entregar a un cadáver momificado más victorias de las que tuvo. Esta democracia, todo lo imperfecta que sea, se consiguió gracias a la generosidad de personas que sí se enfrentaron a policías franquistas, que fueron torturadas en sus cárceles, a las que les fueron negados todos sus derechos. En la hipérbole de los problemas actuales no encontraremos la solución. Y seguiremos hablando idiomas distintos sin posibilidad de diálogo.