Siempre me han gustado las películas de ciencia ficción, las series futuristas y las nuevas tecnologías en general. Aspiro a vivir 125 años y compartir mi vida con un par de robots que me lo hagan todo. Estoy segura de que llegará el día en que practicaremos sexo con androides y será lo más normal del mundo. ¿Se acuerdan de Jude Law en la película 'Inteligencia artificial'? Pues eso. Ese será mi futuro. Jude y una servidora viejecita viendo Netflix mientras otro androide me hace un masaje en los pies. Qué maravilla.
Soy de las que todo lo hago por internet y de las que tengo mil aplicaciones para todo. Dicho esto, solo hay una cosa que echo mucho de menos de la era analógica. Hacer cola. Y no les hablo de la cola del súper o del cine. Les hablo de esas colas que hacíamos algunos en lugares emblemáticos como Discos Castelló o Gong Discos, para no quedarnos sin entrada para ver a Bruce Springsteen o Madonna. Se mezclaba el nerviosismo de conseguirla, con el ambiente y el buen rollo que se creaba en la cola. No todo el mundo podía saltarse el cole o el trabajo y esto te daba un cierto margen y mucha esperanza.
Esto ha desaparecido y ahora si quieres comprar entradas para ver, por ejemplo a Rosalía, tienes que entrar en una cola virtual a las 10 de la mañana, en pijama y desde la cama, compitiendo con todo bicho viviente que tenga internet. Sí, soy de esas rabiosas que se ha quedado sin entradas para ver a Rosalía. A las 10:11 minutos me echaron de la cola virtual diciéndome que ya no quedaban entradas. Y la sorpresa viene cuando a las 10:15 aparecieron las entradas compradas, casi todas por empresas de reventa, en diferentes webs al triple de precio. Y yo me pregunto. ¿Si podemos cerrar webs de descargas porque estamos en contra de la piratería, por qué no cerramos estas webs de reventa? Solo hay que entrar en Google y poner 'Entradas Rosalía' para encontrarlas. Visto lo visto, si yo fuera cantante, vendería las entradas nominales y crearía una web oficial para la reventa a su mismo o menor precio. Y el 'freaky' que quiera ganarse 20 euros, que se ponga el día del concierto en la cola como se ha hecho toda la vida. Que se lo curre un poco.