Dos miradas

Cautivos del 1-O

Si hubiera aceptado la coalición que Iglesias imponía, Sánchez se encontraría gobernando con UP en plena resaca del juicio

Pedro Sánchez, el pasado 11 de septiembre en el Congreso de los Diputados.  / DAVID CASTRO

Quizá todo sea culpa de la imaginación. ¿Qué escenarios se dibujaban para Pedro Sánchez en noviembre? Si hubiera aceptado la coalición que Pablo Iglesias imponía, se encontraría gobernando con UP en plena resaca del juicio del 1-O. Si la sentencia es dura, las calles inflamadas, los partidos independentistas con las espadas en altoindependentistas , UP cargando contra el ‘Régimen del 78’ y Asens y Pisarello poniendo en entredicho todo lo pactado (lo que ocurrió en el ayuntamiento de Barcelona). Ingobernable. Más pronto que tarde, nueva convocatoria electoral a la que Sánchez llegaría penosamente desgastado.

¿Y ahora? Las elecciones llegarán después de la sentenciadespués de la sentencia. Si es dura, puede que el PSC se resienta en Catalunya, pero quizá se alimenta de un Cs desnortado. Para UP puede ser más complicado, no solo por su vaivén en las negociaciones. Contentar al independentismo no le dará réditos en todas partes. Y después está la sombra de Íñigo Errejón. ¿Llegará a tiempo? ¿Se atreverá? La imaginación ofrece una posibilidad a Sánchez que una realidad cautiva del 1-O quizá no le ofrecía. Resulta incomprensible la estrategia de Iglesias.