Dos miradas

Vuelve la escuela

Es el momento de volver a rendir homenaje a maestros y maestras que se enfrentan de nuevo a las carencias, a las dificultades, con un afán intenso de ser allí donde toca

Dos niños observan un mural que pintaron en clase para retratar la variedad de especies que existen en el fondo del mar. / CEIP Ángel Zapata

Vuelve a empezar el curso escolar, que es la medida exacta de las cosas, más allá de las efervescencias o de los desánimos del verano. La virtud de la rutina se concentra en la recurrencia; se convierte en un faro que ayuda a la navegación y trata de evitar los escollos. Es el espacio amable donde poder volver, donde guarecerse de las inclemencias, de las adversidades. Pero es más que eso. Con el inicio del curso reiniciamos la rutina, pero, sobre todo, vivificamos el retorno a las promesas elementales. Lo decía Albert Einstein: "El desarrollo de la capacidad de raciocinio y de pensamiento crítico debería establecerse como la prioridad". Es la "divina curiosidad" que, según el científico, caracteriza el aprendizaje.

También es el momento de volver a rendir homenaje a maestros y maestras que se enfrentan de nuevo a las carencias, a las dificultades, con un afán intenso de ser allí donde toca, como un muro contra la incivilidad y la barbarie, incandescencia del deseo de aprender. Hay muchas malas noticias, el pesimismo reina, pero vuelve la escuela. Y es este faro, inmutable, quien debe evitar los naufragios. El que señala la ruta del conocimiento, el relampagueo de la dignidad.