Un gobierno de concentración soberanista. Esta es una de las propuestas que valora el independentismo como reacción a una posible sentencia condenatoria en el juicio del 1-O. De nuevo, las instituciones burladas y las diferencias políticas borradas por la bandera. De nuevo, no hay izquierdas ni derechas, no hay debate sobre la justicia social. Los que siempre ganan, de la mano de los que siempre pierden. El grito por la independencia acallando cualquier otra voz, especialmente las que denuncian esa Catalunya del 3% y su chantaje nacionalista. Ante la propuesta, Gerardo Pisarello ha apuntado que los 'comuns' están "dispuestos a hablar" de ello.  Y cuesta entender en nombre de quién habla Pisarello.

Ya no es solo la terrible contradicción de pretender gobernar España en coalición con el PSOE y valorar formar parte de ese engendro independentista en Catalunya, es el desprecio a la memoria que su propio partido representa. A esa herencia de derechos conseguidos migaja a migaja, con el sacrificio de tantos. Tantos que tuvieron claro cuál era su lucha y qué y a quién defendían.