Sexo con muñecas

¿Cuánto pagarías por tener sexo con una muñeca hinchable?

Presumen en la web que la única diferencia con una mujer real sea que... no son de carne y hueso y no piensan, obedecen

Katy, una de las muñecas de Lumidolls. / ELISENDA PONS

Hace unos meses se abrió en Madrid un prostíbulo de muñecas hinchables, a tamaño real, de silicona e hiperrealistas; tan parecidas a las mujeres de verdad que algunas de ellas incluso han participado en el rodaje de películas porno. La empresa presume de ser de los pocos de Europa ⎯también hay abiertos en Turín y en Moscú entre otros⎯ y de contar, entre sus “trabajadoras” con muñecas de las cuatro razas para elegir.

Por un precio de entre 80 y 200 euros el servicio puedes elegir modelo ⎯raza y características físicas⎯, cómo ha de ir vestida y la posición en que quieres que esté. Es rápido, fácil ⎯el cliente no necesita ni hablar⎯ y aséptico ⎯las muñecas se desinfectan durante dos horas tras cada uso⎯. Parece ser, presumen en la web, que la única diferencia con una mujer real sea que… no son de carne y hueso y no piensan, obedecen.

Personalizar actitudes

La empresa fabricante de las muñecas, con sede en California, las promociona como “las mejores muñecas de amor del mundo hechas a mano por expertos de EEUU”. Y asegura que está creando un modelo dotado de inteligencia artificial que permitirá a los usuarios programar las personalidades a su gusto basadas en 12 rasgos, desde timidez hasta ingenio. Así como personalizar distintas actitudes de la muñeca que pida su dueño.

¿En qué momento hemos llegado a pensar que la mejor forma de satisfacción sexual se consigue mediante la tecnología? ¿Qué sociedad estamos creando en la que cada vez más se comercialice con una visión estereotipada, hipersexualizadas y pornificadas de las mujeres y del cuerpo femenino? ¿Es un juguete sexual más, o una forma de sustituir a las mujeres? ¿Quizás deberíamos respirar tranquilas porque los hombres que nos prefieren sumisas, sin pensar y los potencialmente maltratadores pueden dejarnos tranquilas gracias a estas muñecas?

No conozco las respuestas, pero lo que sí parece claro es que deberíamos luchar contra una sociedad en la que la soledad y la incomunicación hace que algunos hombres prefieran muñecas a mujeres.