Dos miradas

Bote o muerte

¿Queremos vivir en una sociedad capaz de encarcelar a los que solo quieren salvar vidas? Hay que elegir, y dejar morir no puede ser una opción

Carola Rackete, capitana del buque de rescate Sea Watch 3, saluda a su llegada a Porto Empedocle (Italia) este lunes. La capitana del barco humanitario será interrogada esta tarde en un tribunal de Agrigento (Sicilia) después de que en la madrugada del sábado pasado fuera detenida tras atracar sin autorización en el puerto de la pequeña isla italiana de Lampedusa con 40 migrantes a bordo. / EFE/ Pasquale Claudio Montana Lampo

Solo puedes elegir entre la muerte o el terror del bote. No es fácil. Es terriblemente duro. Tú y tu familia escogéis el bote. Se ha abierto una vía de agua. En el horizonte, el barco que puede salvarte. Cada vez más lejos. Ya no lo ves. Ha desaparecido. Tú y tus hijos, también.

Si no hay barcos de rescate en el Mediterráneo, son muchas las personas que mueren tratando de llegar a la orilla del futuro. Si hay barcos, las mafias lanzan botes destartalados sin apenas combustible esperando que sean rescatados. Y también son muchos los que mueren. Ambas afirmaciones son verdad, aunque una es más incómoda que otra. Es evidente que solo podrá evitarse la muerte ofreciendo a los migrantes una alternativa al bote. Ese es el reto de la UE y de toda la comunidad internacional. Pero, mientras tanto, debemos elegir. Y no, no es fácil. Pero, ¿podemos permitirnos cerrar los ojos y no mirar esas muertes? ¿Queremos vivir en una sociedad capaz de encarcelar a los que solo quieren salvar vidas? ¿Nos olvidamos de los derechos humanos y de la humanidad propiamente dicha? Hay que elegir. Y dejar morir no puede ser una opción.