Feria del Libro de Buenos Aires

En la FIL se trabajó mucho, pero...

De vuelta a casa, unos cuantos de los que fuimos compartimos la sensación de haber sido desaprovechados por parte de la organización

El puesto de Barcelona en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. / ACN / PERE FRANCESC

Más de 70 profesionales del sector del libro durante cuatro días en la feria de libro de Buenos Aires, con Barcelona como ciudad invitada. Todos llevábamos apuntadas en la agenda una media de dos mesas redondas de una hora de duración en las cuales participábamos. Algunos tenían concertadas entrevistas con medios, otros iban en calidad de comisarios de exposiciones. Las bibliotecarias sí que salieron de Barcelona con un programa lleno de visitas: eran la excepción. El resto, durante los tres días sin agenda oficial de los que disponíamos después de haber cumplido con los compromisos que la organización nos había marcado, nos encontramos haciendo el trabajo por nuestra cuenta, así que no es extraño que, de vuelta a casa, unos cuantos de los que fuimos viéramos que compartíamos la sensación de haber sido desaprovechados por parte de la organización.

Ya en Barcelona, hemos tenido ocasión de reencontrarnos tanto con la gente de la parte institucional como con los compañeros de viaje. De los segundos, los que trabajan desde hace años con un pie en Argentina y el otro aquí, explican cómo aun habiendo sido convocados antes de ir para contar con su asesoramiento, la mayoría de sus propuestas habían sido ignoradas. Entre el resto también abundan los comentarios sobre lo que se podría haber hecho y no se hizo: se podrían haber habilitado salas en las que hacer reuniones con gente de allá, se podrían haber facilitado listas de contactos que hubieran permitido salir de Barcelona con una buena agenda de citas profesionales cerradas. También se podría haber puesto a trabajar en la misma feria a cada uno de lo suyo: los libreros a hacer de libreros, los programadores a programar ciclos de lecturas, los editores independientes a compartir sesiones de trabajo con grupos de editoriales independientes de allá…

Muchas de estas cosas se acabaron haciendo durante la feria, sí, pero porque fueron organizadas a título personal, fuera del programa oficial.

Resumiendo: ¿se trabajó? Sí, mucho; pero teniendo en cuenta que todos íbamos bajo el mismo paraguas, habría estado bien agrupar toda esta energía en un mismo programa que hubiera optimizado el tiempo que pasamos allá.

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