DOS MIRADAS

Dejen amar

Son demasiados los que exigen un mundo regido por sus normas, censurando todo aquello que escapa a su mirada sesgada

Isabel Coixet, con Greta Fernandez y Natalia de Molina, actrices de ‘Elisa y Marcela’, el pasado septiembre, en San Sebastián. / GETTY / JUAN NAHARRO

La mujer trata de preservar su intimidad. Tres representantes de las fuerzas vivas del pueblo intentan traspasar el umbral de su casa. «¿Por qué se meten en la vida de los demás?», pregunta ella sabiendo que no obtendrá ninguna respuesta. La secuencia forma parte de la bellísima y conmovedora nueva película de Isabel Coixet, 'Elisa y Marcela'. La historia real de dos mujeres que se amaron cuando la homosexualidad era perseguida. Hace un siglo en Galicia, el terrible presente de numerosos países, el horror que aún se vive en nuestras calles.

¿Por qué se meten? Este interrogante, tan sencillo, tan básico, tiene plena vigencia. Son demasiados los que exigen un mundo regido por sus normas, censurando todo aquello que escapa a su mirada sesgada. La intolerancia sigue ahí. Como una larva que la humanidad no acaba de matar. A veces se convierte en una plaga de gusanos que paren leyes, persecuciones, cárceles y muertes. En otras ocasiones se viste de una dolorosa cotidianeidad. Desde una mirada de desprecio hasta un silencio impuesto o un currículo enviado a la papelera sin ser considerado. Personas tachadas por vivir fuera de una supuesta normalidad que da lecciones de amor cuando solo destila odio, sufrimiento y una insoportable irracionalidad. El primer trimestre de este año se registraron 35 agresiones homófobas en Catalunya, el doble que el año anterior. ¿Por qué se meten?