Dos miradas

La Geli

En esta librería de Girona, que ha cumplido 140 años y convertimos en nuestra biblioteca, nunca robamos un libro, pero sí leímos muchos. Es decir, robamos tiempo y conocimiento

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El día de San José, una librería de Girona celebró con discreción 140 años de existencia. No es poca cosa: un recinto que acumula en las paredes y los estantes el poso de historia sentimental de los individuos y los fragmentos dispersos de la historia colectiva. Es la Llibreria Geli, en la calle de la Argenteria. Fue fundada por un matrimonio que la dedicó, sobre todo, al sector de la liturgia y del libro religioso, en una ciudad que era levítica hasta la extenuación. Esta vertiente católica se mantuvo durante muchos años y no era nada extraño ver cómo los sacerdotes de la diócesis pasaban por ahí para comprar literatura aprobada por el Vaticano y obleas para celebrar la misa.

Un hombre llamado Pedro Rodeja entró de chaval (tenía 14 años) para ayudar a almacenar los libros, y lo hizo con tanta dedicación y sabiduría que convirtió su memoria en un ordenador infalible. Se hizo el dueño de la librería (en sentido espiritual) gracias a un fervor y una persistencia inefables. Mientras los sacerdotes hablaban con los antiguos propietarios, él hacía juegos de manos y te vendía manuales de ortodoxia marxista o novelas prohibidas. Yo descubrí la lectura gracias a mi padre, que la convirtió en su segunda biblioteca particular porque nuestro piso era muy raquítico. No robamos nunca ningún libro, pero ahí leímos muchos. Es decir, robamos tiempo y conocimiento. 140 años. No es poco.