Puesta al día en Londres

Lo que va de Bobby a Bobbie

En manos de una mujer directora, el antes musical misógino y machista 'Company' ha dado un salto regenerador de 48 años, es otro y parece escrito ahora mismo

Patio de butacas del Gran Teatre del Liceu.

Cuatro días en Londres dan para lo justo. En mi caso, para asistir a dos representaciones teatrales consideradas (por mí mismo) de imprescindibles, con el añadido de la visita -imprescindible, también- a mis librerías preferidas. Perderme entre libros, marearme de títulos y autores, es mi ocupación favorita en esa ciudad, ahora que la ausencia de niebla ya no invita a callejear en busca de Jack the Ripper o Sherlock Holmes, hechos carne los dos por años de lectura. Hoy son otros como yo –pero mucho más jóvenes- los que buscan por St. James el rastro de Harry Potter y los agentes de 'Kingsman'. Los tiempos cambian.

Y porque cambian los tiempos es por lo que deben cambiar también algunas funciones. He visto la mejor y más inteligente puesta al día que se haya hecho nunca de un musical. 'Company', estrenado en 1970 y calificado (o descalificado) ya entonces de misógino y machista, resultaba de difícil digestión para el público de hoy.

En manos de una mujer directora y cambiando de género al protagonista, de hombre a mujer, la función es otra y parece escrita ahora mismo. El propio Stephen Sondheim lo ha visto claro y ha contribuido -él, tan reacio a los cambios- con notables aportaciones. Bobbie (antes Bobby), emprendedora, resuelta, independiente, sin pareja a sus 35 años, ya no cuenta entre sus amigos a cuatro matrimonios 'wasp' (blanco, anglosaxón y protestante); lo que se entendía por tal ha quedado reducido ahora a uno solo, mientras que los otros los conforman dos parejas interraciales y una pareja gay. El miedo ante un futuro vivido de a dos en dos sigue siendo el mismo que en los años 70, pero la actitud interrogante, dubitativa, crítica, de la protagonista nos invita -nos obliga- a un salto regenerador de 48 años de zancada. La actualización es un modelo a seguir y abre nuevas perspectivas a muchos textos que podrían quedar obsoletos.

(¡Ah! Y el tema 'Barcelona', cantado y aplaudido noche a noche, continúa siendo uno  de los mejores reclamos para nuestra ciudad. Gracias, Sondheim)