Enric Casasses lo decía hace unos días en la tele: la poesía escuchada revela una musicalidad que, puede que al leerla, no sea tan fácil de encontrar.
Hay un sitio en Barcelona, cosa que puede decirse desde hace casi 18 años ya, en el que cada semana se puede escuchar y ver poesía. Hace poco le cambiaron el nombre, pero siempre se llamará Horiginal. Hace todavía menos tiempo que ha cambiado también de responsable, pero su 'alma mater' siempre será Ferran; Ferran Garcia, más concretamente.
Ferran Garcia, que justo el miércoles pasado colgaba los guantes de programador, camarero, iluminador, diseñador, técnico de audio, artista, decorador y no sé cuántas cosas más de la sala del fondo del restaurante ahora conocido como La Rubia, ha sido el responsable de que toda una generación -y hasta dos- de poetas nuevos y veteranos, consagrados y 'amateur's, buenos y regulares, compartieran mesa con Francesc Garriga, Carles Hac Mor, Màrius Sampere, Benet Rossell. Ferran es también quien ha puesto el sitio para que Ester Andorrà y Miquel Adam un día empezaran a pensar la editorial que acabaría concretándose en Labreu, que es casa de la trilogía que acaba de terminar uno de los poetas actuales que ya se perfila como clásico, Josep Pedrals, quien también viene del Horiginal, donde hasta hace no tanto compartía responsabilidades programadoras con el mismo Ferran.
Se podría dibujar la historia del Horiginal dibujando círculos; todos empezarían y acabarían en Ferran (con Núria Isanda siempre a su lado) y un recorrido que pasaría por nombres como el propio Casasses, Jaume Pons Alorda, Meritxell Cucurella-Jorbà, Vicenç Altaió, David Castillo, Andreu Subirats, Ester Xargay, Montserrat Abelló, Mireia Vidal-Conte, Blanca Llum Vidal, David Caño... Mencionad el que queráis; decid cualquier nombre de poeta catalán actual o reciente que os venga a la cabeza, que me juego lo que sea a que habrá pasado por el Horiginal.
Un día, cuando se hable de la poesía catalana de estas décadas que ahora vivimos, se hablará de un sitio emblemático; el sitio del que salían las cosas y donde todo volvía a confluir. Y este no será otro que el Horiginal.