La clave

Aislar al fascismo

Quienes entreguen a Vox la llave de la gobernabilidad andaluza, por acción u omisión, serán cómplices de la degradación ética de la democracia

Santiago Abascal de Vox espera que PP y Cs muevan ficha. / JORGE GUERRERO / AFP

Para Pablo Casado, que los populares andaluces gobiernen con Vox Vox no es anatema, solo "refundir el centroderecha". Y es que el líder conservador concibe al partido de Santiago Abascal no como fuerza nueva, sino como extrema escisión del PPPP. Se entiende así que no lo moteje de "ultra". Todo es cuestión de perspectiva.

Tal vez el abanderado del constitucionalismo no haya reparado en que Vox reclama la abolición del Estado autonómico, la deportación sistemática de inmigrantes, la ilegalización del aborto, la derogación de la ley contra la violencia sexista y el abandono de los organismos internacionales. Que Vox haya recibido el respaldo de la internacional ultraderechista de Steve Bannonexgurú de Donald Trump, y las públicas felicitaciones de Marine Le Pen Geert Wilders tampoco constituyen pistas suficientes para Casado. 

Europa observa con atención los movimientos del centroderecha español tras la eclosión de Vox. Después de que los eurodiputados de Casado se desmarcasen de las sanciones a Víktor Orbán, el extremista primer ministro húngaro, una alianza del PP con Vox en Andalucía quebraría el cordón sanitario que conservadores, liberales y socialdemócratas quieren imponer al nacional-populismo tras las europeas del próximo mayo.

El error de Rivera

Al felicitar a Ciudadanos por su resultado del domingo, el líder liberal europeo, Guy Verhofstadt, mandó este recado vía Twitter a Albert Rivera: "El éxito de la extrema derecha debe preocuparnos a todos". Ya erró en su día Rivera al aliarse en Europa con Libertas, coalición preñada de extremistas y eurófobos. Reincidir en la equivocación en plena expansión europea de la ultraderecha, y con unas autonómicas y generales en el horizonte, liquidaría la retórica centrista de Ciudadanos, transformándolo a ojos del electorado en mero apéndice del PP.

Aislar al fascismo es el deber de todo demócrata, sea de derechas o de izquierdas. Ninguna ambición personal ni cálculo partidista justifica que PSOE, PP, Cs y Podemos entreguen a Vox la llave la gobernabilidad andaluza. Quienes lo hagan, por acción u omisión, serán cómplices de la degradación ética de la democracia.