Dos miradas

Mosso sin queso

La labor de los agentes de la policía catalana reclama reconocimiento o reproches cuando los merecen. No necesitamos más héroes ni guerreros, porque andamos sobrados de épica

Agentes de los Mossos durante la movilización del pasado 6 de octubre por Barcelona.  / ALBERT BERTRAN

Quim Torra alentando a los CDR para indignación de los Mossos. Ovación mutua de policías nacionales y mossos al paso de la manifestación de unos 4.500 agentes de la Policia de la Generalitat que reclamaban recursos y despolitización del cuerpo. Comunicado del colectivo Mossos per la Democràcia (lo de 'Mossos per la Independència' les sabía a poco) que dedicaba a los mossos de los aplausos lindezas como "soporte del sector fascista y nacionalista español", "no se puede servir a un pueblo que se odia", "se tiene que hacer limpieza"… Ahí es nada.

El cuerpo policial con más de una mancha en su expediente (desalojo del 15-M, la muerte de Juan Andrés Benítez en una acción policial tan desproporcionada como gratuita, siete personas mutiladas por balas de goma…) alcanzó el altar de los héroes por su gestión del atentado del 17-A y su pasividad en el 1-O. En un momento de inflamación política, el agradecimiento se tornó tan exaltado que las recientes imágenes de mossos cargando contra ciudadanos con 'estelades' han provocado cortocircuitos emocionales. Son solo policías. Ni más ni menos. Su labor reclama reconocimiento o reproches cuando los merecen. No necesitamos más héroes ni guerreros, porque andamos sobrados de épica. Y no más etiquetas, porque la policía no es un menú del Burger King que puedes pedirlo -o temerlo- según tu ideología. Confianza, credibilidad y transparencia son valores ineludibles de una policía democrática.