Dos miradas

Ganar algo

En una tregua con miras al pacto, hay posibilidades de ganar algo. Es el camino de las mejoras en el autogobierno y del blindaje en todo lo referente a la lengua

Pedro Sánchez, el pasado 9 de octubre en el Palacio de la Moncloa.  / JOSÉ LUIS ROCA

El PP utilizó Catalunya para auparse al poder. El independentismo utilizó las afrentas del PP y supo multiplicarlas para crecer y consolidarse. Las 876 cajas que recogían las 4.020.000 firmas recogidas por el PP contra el Estatut fueron las cajas de Pandora. De ellas salieron los truenos de una desafección que se ha enquistado en buena parte de la población. La confrontación alimentó y fortaleció al PP y al independentismo. De provocación en provocación, ambos ganaban la partida de las urnas. Hasta el colapso de una DUI fallida y la sentencia por corrupción que hundió al Gobierno de Rajoy.

Con solo 84 diputados, el Gobierno del PSOE anda haciendo equilibrios. El independentismo está resquebrajado, sin estrategia común y herido por unos personalismos que ligan su supervivencia a un conflicto que ya no son capaces de avivar. Sánchez ha decidido no echar más leña al fuego y un independentismo que crecía con los errores del PP está desarmado. Nos hallamos en un panorama inverso al anterior. En este escenario, la confrontación solo comporta más debilidad. En una tregua con miras al pacto, hay posibilidades de ganar algo. Es el camino de las mejoras en el autogobierno, del blindaje en todo lo referente a la lengua… No es la ruta a la independencia exprés. Pero la anterior, tampoco. Solo ha sido la vía hacia un profundo desengaño y una evidente crispación. Al fin, hay que elegir entre ganar algo o seguir perdiendo.