Dos miradas

Mientras suene

En una mesa, alguien comenta que la peor noticia del final del verano es el anuncio del final en forma de participaciones de la lotería de Navidad

Celebración del Gordo de la lotería en la administración Doña Manolita, en Madrid. / JOSÉ LUIS ROCA

Se acaba agosto y, como el septiembre y todo el otoño que nos viene encima llegan cargados de simbolismo, de conmemoraciones, de crispación política, saludo al final del verano, o al menos de la esencia veraniega, con un par de estampas cotidianas y sin más trascendencia, observadas en un par de tardes, sentado en la terraza de un bar. En la primera, una chica cuenta los días que faltan para Navidad. Enseña una aplicación del móvil (hay aplicaciones para todo) que le informa de la fecha que ella espera con fruición. Lo explica a unas amigas con quien comparte risas y helados. "Solo tengo un problema", dice. "Noviembre. Este año me impondré una cosa: que me guste noviembre". Todavía es joven. No conoce 'The way you look tonight', la canción que cantaba Fred Astaire y que hizo famosa Frank Sinatra. "Cuando esté muy triste, cuando fuera haga frío, lo veré todo claro cuando piense en ti y en la forma en que ibas vestida esta noche".

En otra mesa, alguien comenta que la peor noticia del final del verano es el anuncio del final en forma de participaciones de la lotería de Navidad. Al cabo de unos instantes, reacciona: "Y la mejor manera de hacerle frente es comprarlas", dice. "No apagaremos las luces mientras suene la música". Quizás son dos caras de la misma moneda. Este verano, todos los veranos, son la música y la letra que nos permitirán superar noviembre. "Llenaremos los días con palabras evocadoras", dice.