Dos miradas

Junqueras y el 17-A

Cuesta creer lo que sugiere sobre los atentados de Barcelona y Cambrils. Una cárcel injusta no lo justifica todo

Miembros del cuerpo de bomberos en la manifestación. / ALBERT BERTRAN

Desde la cárcel de Estremera, Oriol Junqueras escribió una carta que fue leída en la conferencia nacional de ERC. Unas palabras serenas, contundentes, críticas con el nacionalismo excluyente y reivindicativas, muy reivindicativas de la labor de ERC en la preparación del 1-O y del precio que están pagando. "Y aun así hemos tenido que aguantar infamias y acusaciones de todo tipo, desde cobardía (a pesar de dar la cara siempre) a pactos secretos con el PP". Infamias…

La carta trataba de cincelar un escudo para proteger a ERC de los dardos envenenados que se arrojan en la batalla por la hegemonía independentista. En su defensa argüía los esfuerzos del partido para hacer caer al Gobierno de Rajoy, "responsable de toda la represión y entuertos, el 17 de agosto, el 20 de septiembre o el 1 de octubre"… ¿17 de agosto? Ya sabemos lo que ocurrió el 1-O, el 20 de septiembre fue la jornada que se inició con los registros de la Guardia Civil en diferentes sedes y acabó en la protesta multitudinaria que llevó a Cuixart y Sànchez a la cárcel, pero, ¿qué hizo el Gobierno de España el 17 de agosto?.

El 17-A, el yihadismo asesinó a 16 personas e hirió a más de 100 en Catalunya. Primero, sembró el terror en Barcelona. Después, en Cambrils. Cuesta adivinar a qué se refiere Junqueras en esa mención. Más bien cuesta creer lo que sugiere. Ojalá pudiera explicarse en libertad. Pero una cárcel injusta no lo justifica todo. Tampoco la infamia.