POLÍTICA MUNICIPAL

El ocaso de Colau

La alcaldesa no ha sabido liderar ni un solo proyecto relevante ni salvar a la ciudad del bloqueo político

El palco de la sala de plenos del Ayuntamiento de Barcelona, este martes. / DANNY CAMINAL

El batacazo de Ada ColauAda Colau con el tranvía y la multiconsulta en el último pleno municipal ha pasado algo desapercibido en medio del serial de la no investidura en el Parlament, la crónica de tribunales sobre los CDR, y la crisis en Madrid por el falso máster de Cristina Cifuentes.Cristina Cifuentes Sin embargo, políticamente tiene mucha relevancia porque es la visualización del ocaso colauista.

Es verdad que la alcaldesa, con solo 11 concejales, no lo tenía fácil al empezar el mandato. Pero como ha actuado a base de postureos y prejuicios no ha hecho más que hundirse. En lugar de intentar aislar Barcelona de la dinámica destructiva del procés, la mayoría de sus declaraciones se han centrado en la desquiciada cuestión. Incapaz de defender su espacio electoral, rompió el acuerdo con el PSC porque el republicano Alfred Bosch y el convergente Xavier Trias le ofrecieron su apoyo. Quiso jugar en el campo independentista haciéndose la heroína contra el 155 pero los que le prometieron estabilidad la engañaron. Solo buscaban su aislamiento. 

La oportunidad del PSC

En cambio, con el paso a la oposición, el socialista Jaume Collboni ha encontrado su oportunidad. Ahora parece otro, habla claro y bien. Critica que Colau practique el negacionismo con los problemas de seguridad en Ciutat Vella y descuide a la Guardia Urbana. También le afea el postureo ideológico sobre las municipalizaciones de determinados servicios, por ejemplo, el agua, uno de los temas propuestos en la fallida multiconsulta a la que la alcaldesa no quiere renunciar.

Collboni denuncia que no es más que un bluf porque la contrata de este servicio metropolitano finaliza en 2047 y rescindirla ahora sería ruinoso. Además, es dudoso que se pudieran bajara las tarifas sin desatender la inversión. En cambio, la limpieza de Barcelona sí podría remunicipalizarse en 2019, pero Colau ni se lo plantea porque las cuentas se resentirían y barrer la suciedad tiene menos glamur que abrir el grifo del agua. La carrera de la municipales está más abierta que nunca. La alcaldesa no ha sabido liderar ni un solo proyecto relevante ni salvar a la ciudad del bloqueo político.