PEQUEÑO OBSERVATORIO

La conversación también debe tener leyes

Debía de ser un caradura prometedor quien dijo que "las palabras se las lleva el viento"

Una de las piezas de la exposicion audiovisual sobre máquinas de escribir del Museu Nacional de la Tècnica i la Ciència de Terrassa. / DANNY CAMINAL

Si no me equivoco, fue Ramon de Campoamor quién escribió estos versos: "Mí carta, que es feliz, pues va a buscaros, cuenta os dará de la memoria mía...". Tengo la impresión de que aquellas cartas sentimentales han desaparecido. Si admitimos que una carta es "una comunicación escrita dirigida a una persona ausente" tendríamos que aceptar que un folleto publicitario es una carta. Y todos sabemos que no. Lo que recibimos son impresos, muchos impresos, fabricados en serie, y enviados a unas personas con las que no hemos tenido ni tendremos ningún trato.

Lo que recibimos son prospectos, según el lenguaje habitual. Y la descripción es clara: un prospecto es un impreso de pequeñas dimensiones que se distribuye entre el público para presentar o anunciar una obra, un establecimiento, un producto... Y a menudo incluye unas instrucciones de uso. 

Yo confieso que soy un corresponsal muy deficiente si se trata de cartas. Intento justificarme con el argumento de las exigencias de mi oficio, que me ha llevado a tener que escribir cada día. Para contrarrestar tanta escritura, me estimula más intercambiar palabras. Palabras pronunciadas, que suenan, y con dos o más se puede compartir el presente.

Las palabras

Las palabras tienen sonido, los escritos, no. Las palabras llaman, avisan, acompañan, animan o dan miedo. Hay palabras que hieren y palabras que curan. Quizá, a menudo, no somos conscientes de lo que estamos diciendo, porque nuestro cerebro no siempre está suficientemente despierto.

Hace años llegué a un pueblo valenciano, y en la calle se celebraba un debate sobre derechos rurales, me parece recordar. El debate lo conducía un labrador que, de vez en cuando, decía: "Calle usted, hable usted".

Nuestras conversaciones siempre tienen que seguir respetuosas leyes. Debía de ser un caradura prometedor quien dijo que "las palabras se las lleva el viento".