Semana santa política

Resurrección imposible del 'procés'

Es urgente una estrategia para negociar con el Gobierno español que aplasta por la fuerza

 Una ’estelada’, a las puertas de la prisión de Neumünster donde se encuentra Puigdemont. / FOCKE STRANGMANN (EFE)

Con el Domingo de Ramos llegó la estupefacción. Detención y prisión en Alemania de Carles Puigdemont, cuando regresaba a Bélgica atravesando el país germánico. El juez alemán se toma su tiempo para decidir si le extradita a España. La prisión provisional era la piedra de toque para internacionalizar el conflicto: Bélgica, Suiza, Escocia y ahora Alemania acogen a los políticos catalanes. Que la UE y la ONU se vean en la obligación de actuar un poquito ante los 'exiliados voluntariamente' y los líderes encarcelados en Madrid es un éxito, sí, pero insuficiente para resucitar nada. Nunca conoceremos qué cálculos se hizo el ‘expresident’.

El Parlament aprobó el miércoles que PuigdemontSànchez y Turull mantienen sus derechos políticos. Está bien. Resoluciones simbólicas que no neutralizan la percepción de ir perdiendo del independentismo tras las victorias del 1-O y el 21-D.  JxCat quiere investir a su candidato y ERC mueve ficha aprovechando que es necesario el permiso de Madrid y el favor de la CUP.  Otra generación de políticos aflora y se dispara la primera foto de un frente democrático (con CSQP), todavía no nato. 

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Los CDR cortan autopistas. Dudo. ¿Estas acciones podrían situar el republicanismo en el imaginario extremista? Domingo de Gloria y Artur Mas, enviado por la CUP a la papelera de la historia, asoma la cabeza (nunca han logrado tirarlo al fondo) y desaconseja que Puigdemont sea el presidenciable. Recomienda formar gobierno y evitar nuevas causas penales, concluye. Alguien cuenta el tiempo que a él le queda de inhabilitación. 

Es urgente una estrategia para negociar con el Gobierno español que aplasta por la fuerza, a la vez que debilita su propio futuro. La República no existe y Catalunya vive una represión preautonómica. La unilateralidad y la desobediencia no dan más de sí. El independentismo ha abierto el camino, pero el 'procés' no tiene resurrección posible

Acabo. Esta Semana Santa he leído 'Cómo ganamos el procés y perdimos la República', del compañero en las páginas de este diario Josep Martí, exsecretario de comunicación del Govern. Lo recomiendo encarecidamente.