Se acerca San Valentín. Oscar Wilde escribió que «el amor ya no está de moda, porque lo han matado los poetas, que han escrito tanto sobre él, que nadie les cree». Hubo una telenovela chilena de los años 90 que en su título afirmaba lo contrario. Supongo que se trata de cómo le vaya a cada cual, aunque sí es cierto que las series reflejan lo que somos, aquello que soñamos y vivimos.
La imagen es más la de una sociedad descreída y egoísta en batalla constante consigo misma que la de seres humanos apasionadamente enamorados entre sí. Basta con contabilizar los odios, ambiciones y actos violentos de la mejor serie de la actualidad, Juego de Tronos, con el número de besos y abrazos que en ella se incluyen, y la conclusión es evidente: Oscar Wilde tenía razón.
Si el ingenioso escritor irlandés contemplara estos años en los que la vida se ha vuelto digital, y en los que las historias de amor se retrasmiten por Instagram, comprobaría que solo los teléfonos móviles parecen capaces de conquistar nuestros corazones y nuestras mentes, ya que es a ellos a los que les dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo, cariño y atención. Debe de ser por eso que, como decía la canción de John Paul Young, El amor está en el aire.
Pero en la televisión no solo caben las disputas entre los Lannister y los Stark. También hay espacio para parejas que, además de luchar por sobrevivir, también se quieren. Recordemos. El atontado y amable Ross Geller (David Schwimmer) y la malcriada Rachel Green (Jennifer Aniston) fueron en Friends la pareja más desastrosa, divertida e inocente de la historia de la televisión.
Un año después de que terminaran juntos, comenzó a emitirse Cómo encontré a vuestra madre, donde conocimos a Marshall (Jason Segel) y Lilly (Alyson Hannigan), enamorados desde la Universidad y ajenos a las turbulencias que toda relación tiene en su trayectoria.
En The Big Bang Theory, la pareja improbable la forman el doctor en Física Leonard (Johnny Galecki) y la camarera Penny (Kaley Cuoco), aunque muchos sospechan que hay más amor entre Howard y Rajesh que entre ellos.
Carrie Bradshaw (Sara Jessica Parker) y Mr. Big (Chris Noth), en Sexo en Nueva York, mantuvieron una relación de «andar y terminar una y otra vez»; mientras que Mulder y Scully, en Expediente X, ni una cosa ni la otra, ya que por algo se trataba de una serie de misterio.
Anatomía de Grey es la gran serie romántica de las últimas décadas. En ella, la relación entre Meredith (Ellen Pompeo) y Derek (Patrick Dempsey) ha hecho llorar más aún que la de Kevin (Justin Theroux) y Nora (Carrie Coon) en The Leftovers. Más duras y realistas son las historias que cuentan en Master of sex o en The affaire, la radiografía más impactante del amor adulto y sus mentiras.
Dates, Love, Girls y You're the worst, entre otras ficciones, ofrecen una mirada más contemporánea y joven del asunto. Y claro, quedan los culebrones. Pero, como también dijera Oscar Wilde, «hay historias que se echan a perder, porque intentan durar para siempre». Así que mejor capítulos conclusivos. Son más interesantes.