Es de agradecer que TV-3 haya estrenado por fin un programa que no parece pensado -al menos por ahora- para ir calentando a la parroquia camino hacia el paraíso de Ítaca. Estoy hablando de la telecomedia, con grandes dosis de astracanada, titulada Benvinguts a la familia. Es un disparate escénico entretenido, entendido disparate como género artístico, sin ninguna connotación peyorativa. Esta parodia de enredos, herencias, difuntos de risa y conglomerado familiar extravagante se sustenta básicamente por el bárbaro y desternillante trabajo de Yolanda Ramos. Le han confeccionado un guion para que se suelte como solo ella sabe soltarse, y es muy disfrutable verla en todo su esplendor garbancero y patafísico. Es una buena noticia que Yolanda tenga cabida en TV-3 y no solamente en la arena del circo de Tele 5. Lo mismo podemos decir de Melani Olivares, actriz nacida en Badalona y de larga trayectoria en las cadenas extranjeras -según la nostrada nomenclatura habitual-, y que ahora ha debutado en TV-3. Estas dos actrices constituyen la columna vertebral de esta despendolada familia, y en torno a ellas la trama y los gags adquieren la aceptable dimensión para que la audiencia no se aburra. Tratándose de una comedia de ficción, cuyos capítulos ya están grabados y listos para emitir, es dificil que a Yolanda y a Melani les pase lo que le pasó a Núria Roca, que la ficharon para hacer A tota pantalla, y al cabo de pocos días de su debut le mandaron el despido. Por burófax. ¡Ah! Por lo visto el estratega Vicent Sanchis necesitaba reforzar las trincheras del agitprop y se dio cuenta -un poco tarde, sí- de que Nuria Roca no daba el perfil guerrero que se requería. No creo que a Melani y Yolanda les ocurra algo parecido. En este primer capítulo el gran damnificado ha sido el actor Simón Andreu. Aparece en escena en el minuto 22 y se muere en el 28. Duro debut.

DIVERTIMENTO INFORMATIVO EN COPENHAGUE.- Comparar Telediarios y Telenotícies es otra forma de telecomedia. Mientras en TVE-1 abrieron con las incómodas preguntas que le hacía a Puigdemont la profesora Marlène Wind, en TV-3 sacaron el botafumeiro y hablaban de éxito absoluto, sala desbordada, «¡no es podia seure ni a terra!», y cositas así. ¡Ahh! Gran momento el que vive el periodismo: la información y la astracanada se confunden.