DOS MIRADAS

Matar en Navidad

Detrás de las bromas machistas, no hay risas. Solo se esconde la muerte misma. ¿Seguimos frivolizando?

Vía del tren junto a la que se ha encontrado el cadáver.

Los efluvios de la noche de amor y paz se desvanecieron pronto. Otra mujer asesinada. El 25 de diciembre, en Sant Adrià de Besòsmujer asesinada. Han detenido al presunto asesino: su pareja, un hombre de 34 años. Y cuesta encontrar palabras nuevas para expresar una tragedia tan vieja, tan calada en nuestra sociedad, tan impregnada en nuestras vidas. 

El machismo mata, esa es la última e irrefutable verdad. A veces, la muerte se conforma con llevarse a la mujer. A veces devora también a los hijos. Ante esta realidad desnuda, poco más debería decirse. Cuando una manera de pensar, un comportamiento, es capaz de asesinar, debería ser una cuestión de todos erradicarlo hasta en sus más mínimas expresiones.

Opinión exprés

La voz de las mujeres

Jenn Díaz

Escritora.

La escala del machismo la tenemos clara. Empieza con las bromas, la frivolidad, la exaltación del cuerpo en detrimento del intelecto, el tratamiento de las diferencias entre los sexos como inherentes y no como construcciones sociales que solo perpetúan los privilegios de unos, el desprecio de todo lo que huela a feminismo…

Tras la devaluación de la mujer

Después, en base a esa devaluación de la mujer, llega todo: la discriminación laboral, el peso desigual en el mundo cultural, el acoso, el abuso, el maltrato… hasta un asesinato que nos golpea un 25 de diciembre. Ese día en que se celebra el nacimiento de un niño (varón, por supuesto), soporte ideológico de nuestra cultura.

Detrás de las bromas machistas, no hay risas. Solo se esconde la muerte misma. ¿Seguimos frivolizando?