Editorial

El frentismo va a la baja y el pacto al alza

Veremos si el rechazo actual a una lista única independentista es una estratagema electoral o el fin del 'procesismo' y la unilateralidad

Marta Rovira, en un pleno del Parlament. / NÚRIA JULIÀ

Salvo sopresa de última hora o astucia guardada en secreto, todo indica que los partidos que apoyaron la declaración de independencia del 27-O (ERC, PDECat y CUP) no conformarán una lista única en las elecciones de diciembre. Los números ya no salieron el 27-S y quienes ahora se ven ganadores no están dipuestos a perder la oportunidad. La oposición a la aplicación del artículo 155 y a sus consecuencias carcelarias tendrá múltiples acentos. En el perímetro más amplio abrazará desde la CUP hasta el PDECat pasando por los Comuns y Esquerra. Y en la defensa del 1-O y de las diversas desobediencias contará solo con republicanos y anticapitalistas, mientras que los neoconvergentes serán menos entusiastas. Veremos si se trata únicamente de una estratagema electoral para conseguir votos y volver a las andadas o si realmente se abre paso el definitivo entierro del procesisme y de la unilateralidad. 

En este contexto de disolución del frente independentista, cobra protagonismo el manifiesto de más de 150 intelectuales publicado ayer a favor de la recuperación del autogobierno, de la libertad de los presos y de un referéndum pactado. La presencia de antiguos dirigentes socialistas junto a destacados exdirigentes de la CUP o de Esquerra indican la posibilidad de que el único plebiscito del 21-D sea sobre la necesidad de negociar una consulta como camino para dejar atrás la deriva unilateralista y el inmovilismo amagado tras el imperio de la ley.