El Salón Erótico de Barcelona ha hecho llegar una oferta a los agentes de los Mossos d’Esquadra y a los bomberos. En agradecimiento a sus actuaciones, se les invita gratuitamente. En general, a nivel global, en la España pluriautonómica solo un 13% de las policías son mujeres. Solo hay 45 antidisturbios mujeres, entre 2500 agentes.
Entre los Mossos solo el 20% son mujeres. Y este porcentaje disminuye drásticamente en la escala jerárquica del cuerpo policial.
El 67,6% de las mossas encuestadas considera que ha experimentado algún comportamiento machista en su trabajo. El 9% cree que ha sido objeto de acoso sexual.
Solo hay 27 mujeres bomberas en Catalunya. No llega al 2% del cuerpo.El 52% de los habitantes de Catalunya son mujeres.
Sigamos. Una de cada cuatro mujeres en España consume pornografía. Pero las mujeres heterosexuales consumen porno si están con su pareja masculina. La cifra baja si preguntamos si lo consumen solas. En ese caso, el porcentaje no alcanza el 10%.
La mujer como reclamo
Resumiendo: el Salón Erótico de Barcelona se dirige a unos cuerpos compuestos mayoritariamente por hombres y utiliza como reclamo para hombres un certamen erótico diseñado también para hombres. El reclamo es el cuerpo de las mujeres.
El neomachismo defiende que, dado que las mujeres ya han obtenido el reconocimiento de igualdad ante la ley, el feminismo debería desaparecer. La opresión patriarcal ya no se ejerce mediante coacción legal, sino mediante manipulaciones más sutiles y perversas.
Como dice la profesora Anna de Miguel, la ideología neoliberal convierte los cuerpos en mercancía. Sobre todo los de las mujeres. Para disimular este neocanibalismo que consume gente se nos ofrece cierta retórica transgresora y posmoderna: toda relación es aceptable si hay 'sexo consentido' por enmedio.
Mi pregunta a los agentes de la policía autonómica y a los bomberos: ¿presentar el cuerpo de las mujeres como recompensa, no significa, en el fondo, aceptar que todo se puede comprar, y nuestros cuerpos también?
Ahí lo dejo.