DOS MIRADAS

De pitiminí

Todo puede ser observado desde distintos prismas: construir un Estado a pesar de las restricciones o irse de excursión con el bus del cole

Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Raül Romeva, durante su viaje a Bruselas, el pasado enero.

Ante esta fotografía pueden adoptarse dos tipos de posturas distintas. La primera consiste en apreciar la sensatez del político que renuncia a los fastos y a las primeras clases para volar en turista. Para volar donde solo hay clase turista, uno de estos aviones incómodos, estrechos y baratos que no distinguen entre un presidente y un barbero.

La segunda pone el acento en lo ridículo de la situación. Un gobierno como Dios manda no se embute en asientos mugrientos y amontonados sino que se desliza en aeronaves del ejército, custodiadas por cazas. Es lo que tiene depender del FLA o administrarlo, o disfrutar de conciertos económicos donde el FLA tiene nombre de compañía aérea y no de sujetador económico.  

Opinión exprés

Los mosqueteros

Emma Riverola

Escritora

Admiración o ridículo 

En el primer caso, el contribuyente admira al político que no malgastacontribuyente. En el segundo, se ríe de la pequeñez de un gobierno que quiere expandirse y acaba viajando en 'low cost'. El hecho de que Junqueras tenga un cuerpazo difícilmente asimilable a las butacas de pitiminí aumenta la sensación de ridículo, pero también existe la posibilidad de estar a favor del débil, es decir, del que no tiene cazas que protejan la seguridad de la aeronave militar.

Todo puede ser observado desde muy distintos prismas, y este es un ejemplo de manual. Construir un Estado a pesar de las restricciones o irse de excursión con el autobús del cole. Ustedes elijan.