Dos miradas

El sonido de esa Olivetti

Su batalla es diaria, no solo contra el complicado ejercicio de combinar palabras sino a favor de la posibilidad de decir solamente lo justo

fcasals18549670 espinas contra170719173737

Hay escritores que con un solo libro pasan a la historia de la literatura. Luego, se sumergen en el silencio. Sostienen que ya no tienen necesidad de añadir nada más o que han quedado exhaustos con la exhumación de sus fantasmas. Luego, se dedican a dar clases o asisten a congresos. Los hay que escriben mucho y siempre escriben el mismo libro, la continuidad del parque de su universo literario. Y los hay, como Espinàs, que siempre están al acecho, que no confían sino en la regularidad, en la tozudez, en la insistencia. 

Opinión exprés

Un enjambre de palabras

Emma Riverola

Escritora

A sus 90 años y después de una infinidad de libros -que escribe, retoca, pule y corrige cuando pasa unos días en el hotel Almadrava, de Roses- sigue en la brecha. Agazapado entre la maleza u observando lo que pasa desde un promontorio. Con todo los respetos, Espinàs es como un soldado. Su batalla es diaria, no solo contra el complicado ejercicio de combinar palabras sino a favor de la posibilidad de decir solamente lo justo. Me contaba hace años que su editora, Isabel Martí, siempre le formulaba la misma pregunta: «'Cal?'». ¿Es necesario? Es decir, ¿puede escribirse de una manera más sencilla? El sonido de esa Olivetti que se ve al fondo es la música de la persistencia y de la simplicidad. Los 90 años del señor Espinàs son ejemplo y faro. Siempre al pie del cañón. Para disparar sin descanso la mirada aguda de la inteligencia.