La clave

Del 'run run' al 'Arran Arran'

Los ataques de Arran acaban ocultando la gravedad del problema global de la masificación turística

Procesión de turistas y maletas por el centro de Barcelona. / ALBERT BERTRAN

Este verano empieza a parecerse mucho al del 2005, aquel que dio pie a la redacción y aprobación de la ordenanza cívica de Barcelona por parte del equipo de gobierno dirigido entonces por Joan Clos. ¿Recuerdan cómo pasó todo? Una campaña muy bien orquestada y coordinada entre grupos políticos y determinados medios de comunicación consiguió grabar a fuego en la opinión pública la imagen de una ciudad devorada por actos incívicos, mendigos en la calle, prostitución...

La Administración municipal de Clos acabó tragando e hizo caso a las pretensiones de la campaña. Así nació una ordenanza cívica tan contundente y moderna como inaplicable. Poco importaba la realidad. Alguien había creado una imagen de la ciudad a la que había que dar respuesta. A cualquier precio.

Ahora, en el verano del 2017, hemos descubierto que existe turismofobia, y todo gracias a las barrabasadas de Arran, la organización juvenil de la CUP. El atentado contra el Bus Turístic en Les Corts y a las bicis de alquiler que ocupan el espacio público en el Poblenou. Y alguien, al ritmo que marca Arran, apunta a Ada Colau y a los 'comuns' que llegaron al consistorio al 'run run'.

Reduccionismo

Poco importa que todos (incluidos los barómetros municipales) sepan a estas alturas que la masificación turística empieza a levantar ampollas entre la población y que los conflictos de convivencia afloran ya en determinados barrios. Lo único que importa es poder cargar contra los del run run por los ataques cometidos por Arran. Flaco favor haremos a un problema real si reducimos la realidad a los atentados de los antisistema, condenables siempre y que, paradójicamente, acaban ocultando la gravedad del problema de fondo.

Una vez más, como ya ocurrió en el verano del 2005, el reduccionismo y la estrechez de miras de algunos condenan a la ciudad a una solución superficial. ¿Alguien se cree de verdad que es (y uso aquí el léxico de otros) la tibieza de Colau con la turismofobia el germen del embrollo? ¿Alguien se cree de verdad que la solución a un problema global (miren el panorama de las grandes capitales europeas) depende un solo ayuntamiento?