El turista y el visitante accidental de Barcelona desconocen la maldición de la plaza de las Glòries. No han oído hablar del 'coitus interruptus' de las obras del túnel ni del lío del tranvía, y la nueva torre Glòries les atrae como un imán. Decenas de guiris (en la foto, 'youtubers' y bailarines de 'break') se retratan ante la obra de Nouvel. Poco sospechan que, si los hados europeos nos sonríen, todo el entorno puede cambiar si la torre Glòries acaba siendo la sede de la Agencia Europea del Medicamento.
La sombrilla
A la sombra de la torre: Glòries
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